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Mostrando entradas de mayo, 2011

IRATI

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IRATI   De Orbaizeta a la Ermita de las Nieves.  El autobús nos deja en la vieja fábrica de armas de Orbaizeta, construida el siglo XVIII para fabricar bombas para la artillería Real. Es en realidad todo un poblado, en mitad del Pirineo navarro, en el valle de AEZKOA. Calma y en cierto modo también desolación. No se ve a nadie, aparte de nosotros, pero las ruinas están allá, ocupando todo, y a su vez siendo ocupadas por la vegetación. Nos embarga la melancolía, y nos rodea el grito del silencio; sólo se escucha algún pájaro, y sobre todo se oye el aire, el bosque, el todo y la nada a la vez.  La selva de Irati es un inmenso hayedo y abetal, el segundo mayor de Europa después de la Selva Negra Bávara, que se mantiene casi virgen y ocupa toda la cabecera de los valles pirenaicos navarros de Aezkoa y Salazar.  A través de un camino forestal, nos adentramos en el bosque de hayas, poco a poco, buscando la altura de las majadas pastoriles en el collado de Mendizar. En el

Kursaal

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Kursaal. Entre el casco antiguo, y la playa de la Zurriola, (playa de gros, para todo el mundo), está, para mí, el más bello puente de la ciudad. Sus linternas o faros, (de Victor Arana) y las farolas de hierro, lo convierten en algo irrepetible. En aquellos tiempos, los donostiarras lo llamaron el seis de bastos, por los seis ‘faros’ que lo jalonan; Modernista, con una arquitectura propia de cuando se hizo, su estructura ha debido ser reforzada por el impacto del mar. Al otro lado del puente, en primera línea del mar, lo mejor -para mí- de la arquitectura donostiarra del siglo XX; El Kursaal. Aquí se encontraba antiguamente un casino de bellas formas, similar al actual ayuntamiento –también casino en otros tiempos- de estilo neoclásico. Fue derribado y la ciudad tardó muchos años en reemplazarlo. Por fin, un proyecto de Rafael Moneo, Las Rocas Varadas, logró que se llevara a cabo la construcción del moderno edificio actual; Vidrio y Luz, Espacio abierto al visitante