Entradas

Mostrando entradas de junio, 2011

TRUJILLO; Cuna de conquistadores

Imagen
 TRUJILLO Visitamos Trujillo con el ánimo de conocer una ciudad con historia, bajo un sol de justicia - muy extremeño - y empaparnos en ella. Piedra sobre piedra, sillar y mampostería con ese color ocre de la tierra extremeña,  palacios y más palacios, iglesias por doquier -a cual más magnífica-... castillo en lo alto, en el cerro de la cabeza del zorro, aljibes, murallas en derredor. Innumerables edificios dignos de ser admirados, unos de estilo plateresco, otros más adustos; todos sobrios y sin exceso de adorno. El casco histórico de la ciudad permanece, o ha sido conservado, manteniendo ese estilo de ciudad extremeña, dominando la piedra sobre todos los demás elementos, y si algo resalta además de ellas, son las cigüeñas; en cada torre, en cada espadaña, en cada campanario hay nidos ocupados por parejas con sus crías. Cierro los ojos en la plaza mayor, y me llega el murmullo de los trujillanos, gente sobria y adusta en el gesto pero afable con el forastero, cordiales siempr

Cuacos de Yuste. El pueblo.

Imagen
Situado, como todos los pueblos de la Vera, en la ladera de la sierra de Tormantos, que separa el Jerte del Tietar,  es uno de los cinco pueblos de la comarca de la Vera declarado Conjunto Histórico-Artístico. La plaza de España o plaza mayor es un ejemplo típico de la arquitectura verata, a un lado, con unas casas porticadas sobre vigas de madera , y sobre pilares graníticos otras,  con balcones corridos. Toda la parte antigua del pueblo es digna de recorrerse con detenimiento. Aquí, la casa de Juan de Austria, en la plaza de su mismo nombre, más allá la plaza de la fuente de los chorros, todos los rincones del pueblo dicen algo. Me detengo un rato en la plaza y dibujo la fachada sur de la plaza con sus soportales, la más bonita para mis ojos, aunque la que la enfrenta también lo es. Luego doy un paseo, mientras Lourdes se queda a la sombra del pórtico con un café leyendo un libro, y me topo, en la parte más antigua del pueblo,  con la plazuela de la fuente de los

Cuacos de Yuste. El Entorno.

Imagen
Paseo por el Robledal – Calzada y Puente Romano  sobre el Jaranda. Hoy hemos hecho una excursión caminando desde la Casa Rural en la que nos alojamos. Hemos tomado la misma pista que nos trae desde Cuacos, pero en la dirección opuesta, camino de Valfrío. Buscábamos caminar por las sendas que el ganado va haciendo atravesando el bosque, sin alejarnos mucho de la pista forestal, pero pisándola lo menos posible. Un paseo de unos 7 km entre ida y vuelta, por la umbría del robledal, entre helechos, retama, espinos, Jara y brotes de nuevos robles. Desde el inicio, todo el camino ha ido cruzando el robledal, sin abandonar el bosque en ningún momento. Los únicos seres vivos que hemos visto, aparte de los pájaros y el propio bosque, han sido varios rebaños de ganado pastando en los claros del bosque. El camino, a partir de la casa rural, desciende suavemente, hasta llegar a una garganta que se cruza por un bonito puente de piedra (Valfrío). Justo al pasar el puente

LA SENDA DEL TRABUQUETE

Imagen
El Guijo de Santa Bárbara. LA VERA. Después de un buen desayuno, cargamos en el coche la mochila con agua, unas cerezas y un bocadillo de  jamón, y emprendemos la ruta que nos lleva a Guijo de Santa Bárbara. Es un pueblo de la sierra en la comarca de la Vera. Allá dejamos el auto, cogemos la mochila y los bastones y nos ponemos a caminar. Tomamos una preciosa senda de herradura que conduce hacia el Portillo, siguiendo el viejo Camino de Castilla, por donde cruzaban la sierra de gredos los antiguos pobladores de la zona con sus caballerías para llevar la mercancía a Castilla. Es una senda que al comienzo va más o menos llana, ladeando la falda de la montaña y adentrándose en el valle por donde desciende el río Jaranda, que más abajo lleva sus aguas al Tiétar. Cuando la senda alcanza el río, se cruza un puente y el camino comienza a ascender lentamente, paralelo al río, hacia el fondo del valle, mieando siempre al Portillo de frente.

YUSTE

Imagen
Sábado 11 de junio. Por la mañana, después de un suculento desayuno, decidimos ir a ver el Monasterio de Yuste. Se trata de un  monasterio de la orden de los Jerónimos que, bajo la consigna Ora et Labora, fundaron unos monjes en el siglo XV. La iglesia es de un gótico tardío con elementos renacentistas. El monasterio está enclavado en medio de un inmenso robledal, surcado por arroyos de cristalinas aguas que bajan desde Gredos como la garganta de Cuacos o la garganta del Jaranda. Está construido a la manera verata, pero con más piedra granítica que ladrillo, dada la importancia del lugar. Sólo en los muros de los jardines y el muro perimetral, amén del palacio imperial, se intuye el adobe mezclado con el granito. El monasterio tiene además de la iglesia, dos claustros, ambos de dos plantas, con arcadas y columnas de granito, uno gótico y el otro plateresco.  Después de sufrir la desamortización de Mendizábal, fue cuartel de las tropas napoleónicas en el siglo XIX, quedando arrasa