Cuacos de Yuste. El Entorno.

Paseo por el Robledal – Calzada y Puente Romano  sobre el Jaranda.

Hoy hemos hecho una excursión caminando desde la Casa Rural en la que nos alojamos. Hemos tomado la misma pista que nos trae desde Cuacos, pero en la dirección opuesta, camino de Valfrío.

Buscábamos caminar por las sendas que el ganado va haciendo atravesando el bosque, sin alejarnos mucho de la pista forestal, pero pisándola lo menos posible.

Un paseo de unos 7 km entre ida y vuelta, por la umbría del robledal, entre helechos, retama, espinos, Jara y brotes de nuevos robles.

Desde el inicio, todo el camino ha ido cruzando el robledal, sin abandonar el bosque en ningún momento. Los únicos seres vivos que hemos visto, aparte de los pájaros y el propio bosque, han sido varios rebaños de ganado pastando en los claros del bosque.

El camino, a partir de la casa rural, desciende suavemente, hasta llegar a una garganta que se cruza por un bonito puente de piedra (Valfrío). Justo al pasar el puente había una zona habilitada para que la gente pase la tarde, con alguna mesa y un refugio, en donde hemos pensado comer a la vuelta. 

Hemos continuado por la pista, ahora de tierra, aunque siempre buscando caminar por el bosque y no por ella, hasta un desvío donde la senda se une con una antigua calzada romana, cuya traza se pierde en el bosque, y que a partir de ese punto coincide con la pista, en pronunciado descenso, hasta el vado de un nuevo río, esta vez con un elevado puente de un solo ojo, con arco de medio  punto, y aspecto de ser de la misma época que la calzada.

Lo que no me queda claro es si tanto el puente como la calzada son de origen romano, como nos han dicho, o románico - medieval. En todo caso de una gran belleza y antigüedad de, al menos, ocho cientos o un millar de años.

Tras cruzar este nuevo puente, la calzada se interna en fincas cercadas y con puerta, por lo que no hemos osado continuar y nos hemos detenido allá. Hemos comido fruta, y he pintado una acuarela del puente cuya imagen me ha cautivado; aunque no refleja lo que mis ojos veían, creo que al menos da una idea aproximada de lo que había.

Luego hemos tomado el camino de vuelta, hemos comido un bocadillo en el bosque, y vuelto a la Casona de Valfrío a descansar.