O Grove, bajo la lluvia
A finales de septiembre estuvimos unos días por las rías bajas, descansando y dibujando; ¡'Cómo no!
Esta acuarela corresponde a uno de esos días que hace honor a la fama de lluviosa que tiene Galicia; cuando quería, caían unos fuertes chaparrones que te obligaban a permanecer bajo techado, tiritando, esperando a que escampase. Cuando se cansaba, continuaba lloviendo, pero con esa lluvia fina, pertinaz, tan del norte.
En uno de esos momentos en que parecía que alguien estaba vaciando la bañera sobre nosotros, me atreví a salir del coche y hacer unas fotos que, luego, he tratado de trasladar al papel.
El horizonte lejano se perdía, entre las nubes y las cortinas de agua, difuminado en gris.
El agua de la ría, rizada, 'picada', de un verde obscuro por efecto del temporal, se movía al son que el azote del viento marcaba.
Y las barcas cabeceaban, balanceándose, al compás irregular de las olas.
Algo de todo esto quise transmitir, mediante el agua, los pigmentos y los pinceles, pero me resulta más fácil decirlo que pintarlo.
Del resultado, que nunca satisface al que lo hace, espero vuestra crítica.
¡No seáis crueles, por favor!
Esta acuarela corresponde a uno de esos días que hace honor a la fama de lluviosa que tiene Galicia; cuando quería, caían unos fuertes chaparrones que te obligaban a permanecer bajo techado, tiritando, esperando a que escampase. Cuando se cansaba, continuaba lloviendo, pero con esa lluvia fina, pertinaz, tan del norte.
En uno de esos momentos en que parecía que alguien estaba vaciando la bañera sobre nosotros, me atreví a salir del coche y hacer unas fotos que, luego, he tratado de trasladar al papel.
El horizonte lejano se perdía, entre las nubes y las cortinas de agua, difuminado en gris.
El agua de la ría, rizada, 'picada', de un verde obscuro por efecto del temporal, se movía al son que el azote del viento marcaba.
Y las barcas cabeceaban, balanceándose, al compás irregular de las olas.
Algo de todo esto quise transmitir, mediante el agua, los pigmentos y los pinceles, pero me resulta más fácil decirlo que pintarlo.
Del resultado, que nunca satisface al que lo hace, espero vuestra crítica.
¡No seáis crueles, por favor!
No hay por qué ser cruel ante un trabajo bien ejecutado como lo es este mar picado, Mikel, lo has resuelto muy bien, piensa que no es fácil este tema.
ResponderEliminarUn abrazo.
Enrique.
Eskerrik asko, Enrique.
ResponderEliminarNo pretendía ser cruel, pero convendrás conmigo que es difícil quedar satisfecho. Siempre, después de hacerlo, ves fallos que, en acuarela, resultan alguns veces difíciles de subsanar.
Pero desde el momento que lo he colgado en el blog, es que me parece que se puede ensañar...
en fin; gracias por tu comentario, que resulta gratificante.
Mikel, è un bellissimo lavoro dove hai catturato molto bene l'aria di pioggia e il grigiore della giornata. Anche la profondità è notevole ! Abbraccio.
ResponderEliminarel agua parece moverse, es muy buena esta acuarela : )
ResponderEliminarMuchas gracias, Sadeu; me alegra que te haya gustado.
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