Piazza Navona


Escucho las voces de los jinetes,
azuzando a los caballos,
en una loca carrera sin sentido para ellos,
tirando de los riendas,
dando vueltas a la plaza (entonces circo)
para ir a ninguna parte;


y me acuerdo de Ben-Hur.

Imagino a los romanos Apostando 
sobre la vida 
                       y la muerte,
despiadados; crueles.

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